En un artículo anterior hablamos sobre qué debemos entender por diversidad, igualdad e inclusión (DEI, por sus siglas en inglés). El día de hoy, vamos a abordar por qué es fundamental que integremos estos tres conceptos en nuestro día a día como organizaciones.
Uno de los errores más comunes es considerar que las políticas de DEI son algo deseable, pero no necesario. Muchas veces asumimos que es un nice to have, pero no una política necesaria. Las políticas de DEI deben ser consideradas por las organizaciones como parte integral de su estrategia de negocios, tal como lo son las ventas o el marketing. Es decir, deben ser políticas que se implementan con base en evidencia, con recursos asignados suficientes, y que deben medirse y evaluarse.
Ante los retos que supone 2024, sobre todo los relacionados con la inteligencia artificial, el cambio climático y la necesidad de políticas de sostenibilidad cada vez más eficaces, así como las consecuencias de los conflictos geopolíticos en las economías mundial y estatal, ¿por qué la diversidad, la igualdad y la inclusión deben importarle a las organizaciones? Aquí, te exponemos tres razones:
- Es la mejor manera de garantizar innovación, creatividad y una mejor cultura organizacional. Las empresas que implementan de manera más efectiva políticas de DEI, tienen mejores oportunidades de ser creativas e innovadora debido a la diferencia entre sus integrantes de acercarse a y resolver los problemas. Esto, además, les permite tener menos probabilidad de caer en ciertos sesgos como el de afirmación o el de confirmación lo que puede llevar a resultados más diversos y creativos. Además, los ambientes que fomentan y valoran las diferencias entre las personas, son menos violentos y ofrecen una mayor seguridad piscológica. Todo ello, lleva a un mayor bienestar y posibilidad de una mayor productividad que, a la vez, puede ser -también- más sostenible.
- Es la acción acertada en términos financieros. Las ventajas económicas de la integración de políticas de igualdad e inclusión en las organizaciones han sido documentadas desde hace más de 20 años. Algunos de los datos más relevantes al respecto, son los siguientes:
- Si las mujeres y los hombres desempeñaran un “papel idéntico en los mercados laborales”, se agregarían 28 billones de dólares a la economía global.(McKinsey)
- Las organizaciones con mayor diversidad étnica tienen un 59% de probabilidad de que su desempeño financiero esté por encima del promedio de la industria nacional.(McKinsey)
- Las empresas diversas se desempeñan un 35% mejor que sus contrapartes no diversas.(McKinsey)
- Las empresas con una diversidad superior a la media obtienen un 19% más de ingresos procedentes de la innovación. (HBR)
- El 67% de los solicitantes de empleo considera la diversidad en el lugar de trabajo un factor importante a la hora de considerar oportunidades laborales. (Glassdoor)
- Más del 50% de los empleados quieren que su empresa haga más para aumentar la diversidad.(Glassdoor)
- Es lo ética y jurídicamente correcto. Si bien las organizaciones buscan un beneficio económico para sus dueños o inversores, tienen también la obligación de cumplir con ciertos principios normativos como la legalidad y los derechos humanos. Los Principios Rectores sobre las empresas y los derechos humanos, que el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) emitió en la resolución 17/4, de 16 de junio de 2011, “se aplican a todos los Estados y a todas las empresas tanto transnacionales como de otro tipo, con independencia de su tamaño, sector ubicación, propietarios y estructura.” La responsabilidad de las empresas de respetar los derechos humanos se refiere a los derechos humanos internacionalmente reconocidos. La igualdad y la no discriminación, así como el derecho a la identidad, entre otros, son garantizados a través de políticas de DEI. Así, no solo por cuestiones de compliance sino de cumplimiento normativo las organizaciones deben destinar recursos para la implementación de las acciones en esta materia.
La verdadera responsabilidad social de las organizaciones es beneficiar a la comunidad que le permite sus ganancias. Las políticas efectiva de DEI son una forma de lograrlo.
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