Descansar y trabajar menos incide positivamente en tu bienestar y en tu productividad. Es contraintuitivo, pero así es. Esta realidad, que es capaz de poner en jaque a cualquiera que supervise personas, ha sido demostrada al menos desde hace doce años. Sin embargo, en países como México o en general los de la región (incluyendo a Estados Unidos) trabajar largas horas y estar siempre ocupadas, “hasta el tope de trabajo” se ha convertido en una medalla de honor que suele ponerte al frente de la lista para los ascensos y para tener una vida deplorable.
La constante pregunta de cómo podemos tener un balance entre nuestra vida personal y laboral (y que, como lo dijimos en nuestro artículo previo, no se plantea en los mismos términos para las mujeres que para los hombres profesionistas) es un indicador de que la vida laboral de las personas ha ido ocupando (o invadiendo) todas las demás esferas de su vida.
En 2009, el Boston Consulting Group hizo un experimento en donde en distintos equipos de consultoría se comprometieron a tomar un día completo libre (desconectado, sin contestar correos, sin ir al trabajo y sin contacto alguno con sus colegas ni col el cliente) y otros, se tomaban una “noche libre” (dejaban de trabajar a partir de las 6, bajo las mismas condiciones de estar absolutamente desconectados). En ambos grupos, a través del tiempo, las y los integrantes no solo dijeron sentirse mejor, sino que la comunicación del equipo mejoró sustancialmente, aumentó el aprendizaje y mejoró la experiencia del cliente. Ahora bien, lo más complejo del experimento fue convencer a las personas de participar, puesto que creían que tomar tiempo libre forzoso les impediría ser tomadas en cuenta a la hora de una promoción, toda vez que hay una cultura que premia a quienes trabajan más horas.
En este mismo tenor, pero con una población mucho más diversa y nutrida, el año pasado (junio de 2021) se publicaron los resultados de la reducción de la semana laboral de 40 a 35-36 horas. Este experimento se hizo entre 2015 y 2019, tanto en el sector privado como el sector público (sí, oficinas gubernamentales), sin reducción de sueldo. Los resultados son extraordinarios:
- La productividad se mantuvo y, en muchos sectores, mejoró (aumentó).
- Las personas manifestaron un mucho mayor y mejor balance entre la vida profesional y personal.
- Los hombres heterosexuales que se encontraban en pareja participaron más horas en las labores de cuidados y del hogar.
- Aumentó el tiempo que las madres y padres solteros pudieron pasar con sus hijes.
- El estrés en la casa disminuyó.
- Las personas hicieron, en general, más ejercicio del que venían haciendo con jornadas más largas.
- Las personas socializaron más no solo con sus propias familias sino con sus amigos.
La evidencia lo sostiene. Trabajar menos horas nos permite aumentar nuestro bienestar en general (mental, físico y emocional) a la vez que mejora la productividad. Entonces, ¿por qué insistimos en trabajar más horas?
Una de las conclusiones del estudio del Boston Consulting Group es que el primer paso era derrocar, de manera conjunta, la idea de que trabajar más horas era mejor. Esto solo se puede hacer si de manera conjunta, como equipo, todas y todos estamos dispuestas a hacerlo, con el apoyo de las personas que lideran. En segundo lugar, tenemos que repensar las formas de trabajar. Si las cargas eran las mismas, pero el tiempo era menor, ¿cómo lograron los islandeses no trabajar de más? Revisando los procesos y las formas de trabajar. En su mayoría redujeron las reuniones y su duración (esto coincide con lo que dicen autores como Laker, Pereira, Malik y Soga que en un artículo del Harvard Business Review señalan que disminuir las reuniones en un 80% aumenta la productividad, la autonomía, la comunicación, la cooperación, el compromiso y disminuyen el estrés y la microgestión) y repensaron lo importante y la forma de lograrlo.
Hemos asociado el estar ocupados, el estrés, el sobre-trabajo y las cargas laborales con una mayor productividad. La evidencia nos dice lo contrario. Nuestro bienestar, compromiso y productividad mejoran cuando de forma conjunta desmantelamos el mito de que las jornadas largas son mejores. De cara a la postpandemia, a la pobreza de tiempo que tienen las mujeres y a la necesidad de cuidar nuestra salud en términos amplios, es hora de que las organizaciones, con sus equipos, implementen estos cambios.
One comment on “Trabaja menos para aumentar tu productividad y -sobre todo- tu bienestar”
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